Quinto emir
omeya de al-Andalus, entre 852-886. Nuevos monarcas en Asturias (Ordoño
I ) y Pamplona (García Íñiguez) suscitan una nueva
política, pues se alían frente al Islam y el emir recurre
a los Banu Qasi y nombra a Musa (3º) al-Qasawi gobernador de Tudela
y Zaragoza, el 14 de octubre del 852, al mes de acceder al emirato. Así
refuerza su ejército contra los toledanos rebeldes, respaldados
por ambos monarcas cristianos, en 854. La amistad con los Banu Qasi se
altera, tras un revés sufrido por ellos en tierras de Pamplona,
hacia 859-860. El emir retira a Musa como gobernador y envía en
su puesto al caid Abd Allah ibn Yahya.
Hacia 860 debió de
morir el longevo señor de Barbitaniya y Huesca, Jalaf ibn Rasid,
sucedido por su hijo Abd Allah, y Huesca entra en la jurisdicción
del emir, que la rige desde entonces con sus funcionarios; en 870 está
allí como gobernador Musa ibn Galindo, pero Amrus de los Banu
Amrus reivindica derechos familiares y se alza. Las tropas del emir zanjan
la rebeldía en el 871. Todo vuelve a controlarse con funcionarios
cordobeses: en Zaragoza, Wuhayb Abd al-Wahhab; en Tudela su hijo; en Huesca,
Abbas ibn Abd al-Barr.
Un año después
se alzan los cuatro hijos de Musa (3º) al-Qasawi, y ocupan toda la
Marca,
manteniendo en jaque a las tropas cordobesas. Previsoramente el emir promocionó
contra los Banu Qasi a los árabes Tuyibíes;
los Banu Qasi, muy acosados, se someten en 884 y entregan Zaragoza a las
tropas leales; uno de ellos Muhammad I al-Qasawi, fue nombrado gobernador
de Tarazona y otras plazas. Así termina en paz el emirato de Muhammad
I, que coincidió con la época más levantisca de los
Banu Qasi. (María Jesús Viguera Molins)
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