El casco urbano es atractivo
y no faltan los rincones pintorescos. Destaca un palacio renacentista con
galería de veinticinco arcos, de características singulares.
Guitart señala que se trata de una arquería inigualada en
todo Aragón. También conserva restos de un antiguo castillo.
Extraordinario aspecto exterior
muestra la iglesia
parroquial de San Martín, con incrustaciones de cerámica
vidriada. Según Abbad Ríos, es una de las más bellas
del mudéjar
aragonés, "comparable en vistosidad al muro mudéjar de la
Seo de Zaragoza, y en donde se encuentran todos los elementos decorativos
de las torres de Teruel". Es ese mismo muro se abrió una puerta
abocinada, de ladrillo, material éste empleado en la construcción
del edificio. El tímpano aparece decorado con la escena de la vida
de San Martín, en el momento de partir su capa con un pobre, en
altorrelieve de estilo gótico. Remata la parte superior con la clásica
galería aragonesa de arcos de medio punto, del siglo XVI. Separada
del cuerpo de la iglesia se levanta la torre del campanario, "verdadero
minarete de tres cuerpos, uno bajo de tapial y los otros dos de ladrillo,
decorados con labor mudéjar y rematado por chapitel cónico".
El interior del templo se compone de una sola nave, a la que se cambió
su primitiva orientación, añadiéndole una cabecera
postiza y dejando para coro lo que fue capilla mayor. La capillas actuales
se sitúan entre los contrafuertes. Se cubre con bóveda de
crucería, de arcos diagonales. Por el exterior destaca el remate
de los contrafuertes, en torrecillas unidas por galerías de arcos
apuntados. Los retablos son, en su mayoría, de los siglos XVI y
XVII.
Cerca del pueblo, prácticamente
junto al casco urbano, se levanta la ermita de Santa Cruz, en el alto.
Es un edificio de tapial y mampostería, de una sola nave cubierta
con bóveda de lunetos. El mayor interés se centra, desde
el primer momento, en el retablo mayor, "obra capital de la pintura aragonesa
de la segunda mitad del siglo XV", según Abad Ríos. Componen
este retablo quince tablas pintadas de distintos tamaños: la central
reproduce la escena del Descendimiento, y en las otras se desarrollan las
escenas de ·Cristo en los infiernos acompañado de San Miguel",
"Resurrección de Cristo", "Noli me tangere", "Aparición de
Cristo a las santas mujeres", "Incredulidad de Santo Tomás" y "Aparición
de Cristo a los apóstoles"; en el remate "Cristo en la cruz entre
los ladrones" y, finalmente, en el banco, hay siete tablas, con las figuras
de cuerpo entero de los apóstoles San Pedro, San Pablo, San Juan,
San Andrés, San Bartolomé y Santiago el menor, con la figura
de Cristo en el centro, entre dos ángeles y dos santas. Post atribuyó
esta obra al llamado maestro
de Morata.
Existe otra ermita dentro
del término municipal, dedicada a la virgen de Alcarraz, nombre
éste de una antiguo poblado ya desaparecido, del que sólo
queda como testimonio la propia ermita. (Alfonso Zapater Gil)
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