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MESÓN DE LA DOLORES |
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Fachada principal del Mesón de la Dolores, tras la restauración |
El Mesón de la Dolores
(Posada de San Antón o Mesón de la Gaspara), en el que Feliú
y Codina colocó la acción de su conocida obra dramática,
se encuentra ubicado en la plaza de los Mesones, lindante con la
Travesía de los Mesones, entre las casas particulares que
ocupan el lugar del desaparecido Mesón del Sol y la casa natal de
Sixto
Celorrio. Tras su compra por el ayuntamiento, y una cuidada rehabilitación
llevada a cabo por el arquitecto José María Valero Suarez,
ha sido
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abierto nuevamente al público y dedicado al mismo fin que
tuvo el siglo pasado: hospedaje de viajeros; convertido en un hostal de
tres estrellas que forma parte de la red de hospederías de la Diputación
General de Aragón. El edificio, construido en el siglo XV, o como
mucho a principios del siglo XVI, fue, antes de su reconversión
en mesón, un palacio propiedad del marqués de Ayerbe. Presenta
en su fachada principal una gran puerta por la que se accede al patio,
empedrado, de cuyo fondo arranca la escalera que da acceso a las habitaciones
de los pisos superiores, formando grandes corredores cuadrangulares,
de tipo monumental. A la derecha de este patio se admira el gran
arco a través del que se llega al lugar donde se encontraban las
dependencia del "cebadero", hoy transformado, por obra y gracia de la restauración,
en cafetería, y el conocido pozo, que se muestra en muchas
de las fotografías antiguas. Antes de ser restaurado, y a pesar
de la ruina que amenazaba al edificio, los pisos superiores todavía
conservaban la estructura antigua y muchos vestigios de la segunda mitad
del siglo XIX, que se han mantenido tras la actuación arquitectónica.
Cocinas, lavaderos, puertas, techos, vigas de madera... típicos
de los viejos mesones que acogían a tragineros y marchantes, han
sido conservados e incorporados al edificio como elementos decorativos.
La parte alta de la fachada está recorrida por una típica
galería de arquillos, seña de distinción de la arquitectura
civil aragonesa, que tapiada de antiguo, a sido abierta y recuperada tras
la restauración. En los años 60 hubo oportunidad de convertirlo
en Parador Nacional, pero la desafortunada intervención de algunos
bilbilitanos frustró el intento. Posteriormente se barajaron nuevos
proyectos de rehabilitación pero, hasta su compra por el ayuntamiento,
ninguno prosperó.
El hotel en que se ha convertido
el Mesón de la Dolores cuenta con 32 habitaciones, a cada una de
las cuales se le ha dado el nombre de una de las localidades que forman
parte de la Mancomunidad Turística de las Tierras y Valles del Jalón
y 2 confortables suites, a las que se ha incorporado todas las comodidades
con que cuentan los hoteles actuales, combinando, junto al más refinado
confort, la más pura tradición aragonesa. |
Mesón de la Dolores. Entrada al museo
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En lo que fuera bodega del
mesón, se ha ubicado un museo etnológico, en el que al lado
de utensilios y aperos utilizados por nuestros antepasados, no podía
faltar un espacio dedicado al mito de La
Dolores, que da nombre al Mesón. (Antonio
Utrera Fúnez)
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