Castillo de Jarque
Ya existía el lugar
en 1147 y en él había un pequeño castillo conocido
con el nombre de "Siarchum". En 1285 era su tenente el caballero Guillermo
de Alcalá, quien, según Zurita, acudió a repeler la
invasión castellana por la frontera de Tarazona a las órdenes
de Pedro III.
En 1369, Pedro IV dio al
obispo de Zaragoza su jurisdicción, en 1410 era de Pedro Jiménez
de Urrea y en 1439 de Lope Jiménez de Urrea.
En fecha desconocida pasó
a poder de los Fernández de Luna, que lo mantuvieron hasta 1382.
Un descendiente de la familia, posiblemente Lope Fernández de Luna,
transformó el castillo guerrero en residencia señorial a
mediados del siglo XVI. Más tarde pasó a forma parte del
extenso patrimonio de los Urreas, condes
de Aranda, a los que aún pertenecía en 1610, según
Labaña.
Pequeña fortaleza
que se halla enclavada sobre la ladera del monte que domina la localidad.
Toda su obra es de mampostería con base de sillería formando
un ligero talud.
Su planta tiene forma trapezoidal
de lados desiguales, oscilando entre los veintiocho y treinta y cuatro
metros, con la particularidad de que sus muros presenta dos esquinas redondeadas
par formar sendos semitorreones ligeramente troncocónicos;
conserva su remate de elegantes almenas terminadas en punta. Las esquinas
de la fachada principal, son de simple arista y en el paño de muralla
situado entre ellas perdura la puerta de ingreso; es en arco apuntado,
formado por dovelas de piedra; en el centro queda el hueco donde estuvo
el blasón de los
Luna. Su interior es sólo un montón de escombros donde
se confunden los diversos tipos de materiales que han ido cayendo del edificio,
acaso se adivinan algunos huecos de ventanas y saeteras que posiblemente
iluminaban antiguas estancias adosadas a los muros. (Aurelio Cabañas
Boyano)
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