El área actual de
influencia de Calatayud
no se identifica con una unidad física definida, aunque quede dibujada
en el interior de la cuenca del Jalón.
Sus límites aproximados son: por el NO, las sierras de Arándiga
y Algairén, por el N, las estribaciones del Moncayo, por el NO,
el alto de la Cruz y por el S, los altos de Medinaceli, Paramera de Molina
y sierra de Santa Cruz.
El área así
delimitada corresponde al sector central del Sistema
Ibérico, caracterizado geológicamente por un zócalo
herciniano formado por pizarras y cuarcitas cámbrico-silúricas,
parcialmente recubierto por una delgada capa de materiales mesozoicos,
principalmente calcáreos. El hundimiento alpino de la fosas Calatayud-Daroca
y Ariza, orientadas en dirección NO-SE, permitió, durante
el mioceno, la acumulación de conglomerados, areniscas, arcillas,
calizas y yesos en régimen lacustre.
A partir de la superficie
de erosión finimiocena se organiza la red hidrográfica del
Jalón.
El curso principal se instaló, por epigénesis, perpendicularmente
a las estructuras, mientras que los afluentes resultan paralelos a los
ejes NO-SE. El ciclo de erosión plioceno y cuaternario modeló
un relieve apalachense sobre los materiales paleozoicos enrasados, correspondientes
a las sierras donde destacan los crestones cuarcíticos. Sobre los
sedimentos miocenos coronados por las calizas coronados por las calizas
pontienses la erosión individualizó una serie de meses estructurales
-páramos- como la Mesa de Armantes.
Al pie de estas plataformas y de las sierras se han formado glacis que
empalman lateralmente con las terrazas del los ríos.
La litografía y la
morfología del terreno condicionan en buena parte la distribución
de masas de vegetación y cultivos a través de los suelos.
En las sierras sobre suelos pardos los encinares y pinares (normalmente
de repoblación) alternan con carrascales, matorrales, y frecuentemente,
con la roca madre al desnudo. Sobre los materiales terciarios margoarcillosos,
se dan los cereales en rotación bienal, y las calizas y yesos masivos
miocenos, con suelos de xerorendsina, más estériles, se destinas
a pastos o a la repoblación forestal mediante pinos. En los glacis
detríticos de suelos sueltos y pedregosos se asientan preferentemente
viñedos, olivares y almendros. Finalmente, en las tierras mejores,
sobre las terrazas irrigadas de los ríos, se cultivan los productos
hortofrutícolas que constituyen la base económica de la región.
El clima es mediterráneo
continentalizado, con unas temperaturas medias anuales que en los valles
oscilan entre los 12 y 14 grados y que en las sierras se encuentran por
debajo de los 10 grados. En general, la temperatura aumenta a medida que
descendemos por el curso de los ríos. Las mayores precipitaciones
(normalmente por encima de los 400 mm. en los valles) y las menores temperaturas
respecto de la Depresión del Ebro arrojan una menor aridez aquí;
sin embargo, el suelo presenta déficit hídrico de junio a
octubre. Las carencias de agua deben ser compensadas mediante los viejos
regadíos de herencia árabe que presenta la red del Jalón.
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