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| CIMBALLA |
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Castillo de Cimballa
Sobre una colina inmediata al caserío se alzan los imponentes restos de este legendario castillo. Se componen de un paredón de mampostería que se asienta sobre una roca, con grandes sillares formando su base. Este muro debió pertenecer a la torre mayor; a sus lados se adosan los arranques de las paredes contiguas, que apenas llegan a los dos metros. Estaba estructurada en tres plantas, la primera apoyada sobre un rebaje de la pared y las otras sobre troncos, de los que aún quedan restos empotrados en la pared. Conserva parte de su remate almenado y dos hileras de estrechos ventanales, enmarcados por sillares y con gran abocinamiento interior, que iluminan las correspondientes plantas. Se construyó en el siglo XV y debió ser grandiosa a juzgar por las dimensiones de su planta, unos doce metros de lado además de unos quince de altura. Estaba protegida por un recinto ovalado que se extendía sobre la falda del monte, quedan algunos restos de obra de piedra sin mampuesto. En el lado que da al monte poseía para su defensa un foso excavado en la roca. En su interior, cerca de la torre, se aprecia una depresión del terreno en el lugar donde se encontraba el aljibe.
Castillo fronterizo con el reino de Castilla y que, junto con el de Campillo, hacía frente al de Fuentelsaz; no se le conocen hechos históricos, aunque según Vicente de la Fuente, el castillo y villa de "Cenvalla", pertenecían entre 1139 y 1147 al conde Almerico, señor de Molina.
En fecha indeterminada se incorporó a Aragón y formó parte de la comunidad de aldeas de Calatayud, sesma del Río Ibdes.
En 1367, Pedro IV ordenó que se invirtieran parte de las primicias de su iglesia en la reparación de sus muros y, en 1373, una vez terminada la guerra con Castilla, era comisionado el baile de Aragón, Domingo López Sarnés, para que visitara personalmente las reparaciones que se habían hecho en las defensas y castillos de esta población y otras de la comunidad, a la vez que ordenaba al procurador que emplease los 10.000 sueldos que había asignado para tal fin. (Aurelio Cabañas Boyano)
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