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CASTEJÓN DE LAS ARMAS |
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Ermita de la Virgen del Cerro
Después de salir de Ateca, por la carretera de Madrid, la N-II, se encuentra el desvío para Castejón de las Armas, a la izquierda. Hay que cruzar el Jalón para remontar el curso del Piedra por su margen derecha. La carretera secundaria -que lleva también a Carenas, Ibdes y Jaraba- discurre entre fronda de árboles frutales, pegada a las huertas que estallan en verde.
Al poco surge Castejón de las Armas, entre enriscados montes que coronan la ermita de la Virgen del Cerro -bien le cuadra tal advocación- y los restos del antiguo castillo.
Las casas quedan abajo, en la falda del espolón, junto a la carretera y el río, entre árboles y murmullos de agua. El lugar resulta grato y pintoresco. Luce edificios encalados, junto a otros de piedra y tapial. También el ladrillo está presente en algunos casos.
La ermita de la Virgen del Cerro -hay otra dedicada a San Torcuato- preside el casco urbano. Parece de la misma época que la iglesia parroquial de la Transfiguración del Señor -algunos la llaman también de la Asunción-, entre los siglos XVII y XVIII. (Alfonso Zapater)
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