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Juan Casulla y su mujer Teresa
Fernández, comerciantes de Calatayud, de mutuo acuerdo decidieron
ingresar en religión, ella como madre capuchina (27 de mayo de 1648)
y él ordenándose sacerdote.
En el año 1655, con
licencia del arzobispo de Zaragoza fray Juan Cebrián, fundó
Juan Casulla el convento de madres capuchinas de
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Calatayud. El 26 de mayo
de este mismo año llegó a la ciudad la nueva comunidad acompañada
por los marqueses de Bárboles, hospedándose en San Benito
hasta el 28, en que tras un solemne Te Deum en la colegiata de Santa María,
se instaló en San Juan del Hospital. Fue la primera abadesa María
Teresa Neyla.
La traslación de la
comunidad al convento actual se efectuó el 13 de junio de 1657,
dos días después de haberse bendecido la campana por fray
Pedro Manero, obispo de Tarazona.
La iglesia se concluyó
en abril de 1684, gracias a la munificencia de Bernardo José Peralta,
quien costeó la terminación de las bóvedas y los tres
retablos pintados por Jerónimo Secano, dejando manda para otros
dos a su muerte en 1687.
Contribuyó también
a la construcción de las bóvedas el canónigo del Santo
Sepulcro, Francisco Yago de Soria (fallecido el 11 de mayo de 1673), con
limosnas que recaudó de la ciudad.
Martín Muniesa costeó
el retablo de Santa Rosa en el año 1692,y ordenó que fuese
enterrado, a su muerte, bajo el mismo. (Gonzalo M. Borrás Gualis / Germán López Sampedro)
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