La etimología del
topónimo Calcena se ha hecho derivar de "Calice signato", bastante
improbable, e incluso se ha asociado con la pieza caliza existente en su
solar, sin embargo no es segura ninguna de estas relaciones, pareciendo
la más probable la que lo vincula con el antropónimo romano
Calcius.
Conquistada la luego villa
de Calcena en el reinado de Alfonso
I, pasaría pronto al dominio del obispo de Tarazona, en cuya
situación continuó en las centurias siguientes.
No parece que en el pasado
se dedicara su población a las tareas agrícolas y sí
a la minería, de cuya actividad para extracción de plata,
cobre, estaño y plomo se tiene noticia por el cosmógrafo
Juan Baustista Labaña, si bien cuando él escribía
sobre el tema parece que había algo de abandono en las labores de
beneficio de las minas (1611). (Guillermo Fatás Cabeza / Guillermo
Redondo Veintemillas)
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