Las calles del Casco Antiguo conservan el mismo trazado que tuvieron en los siglos anteriores
Ver plano de la ciudad |
Evolución urbana
Aunque no hay noticias documentales,
la fundación de la primitiva población tendría lugar
en el siglo VIII, y según todos los indicios sería el ahora
llamado castillo de Doña Martina el verdadero "castillo de
Ayub", islote rocoso en medio del Casco Antiguo, circundado por los barrancos
de la Rúa y de las Pozas, y separado del próximo castillo
de la Torre Mocha por un gran corte artificial. Alrededor habría
un pequeño caserío amurallado. En el año 862 se
|
amplía
el conjunto fortificado, convirtiéndose el pueblo en ciudad o medina,
construyéndose los castillos
ahora llamados Mayor,
del Reloj,
Torre Mocha o la Peña, y los largos lienzos de murallas. La población
se ubicaría en los actuales barrios altos: Consolación, Verde,
La Paz, Morería, Picado, etcétera.
Es muy probable una extensión
de la ciudad en el siglo XI, al menos hasta donde ahora está la Colegiata de Santa María. Con todo seguridad habría varias
mezquitas, baños, "zuda" o palacio del gobernador, mercados, etcétera,
pero al no haberse realizado ninguna excavación no tenemos datos
arqueológicos de esta etapa islámica. Tras la conquista cristiana,
sabemos gracias a un censo parroquial, que a mediados del siglo XIII la
ciudad adquiría los límites que con pocas variaciones se
han mantenido hasta este siglo. En la segunda mitad del siglo XIX, con
la construcción del ferrocarril y las azucareras comenzaron esporádicas
edificaciones fuera del recinto amurallado, pero es sobre todo a partir
de 1960 cuando se produce repentinamente un desarrollo urbanístico
"salvaje" sobre la huerta, que además vacía en buena parte
el Casco Histórico, lo que acelera su degradación, ya propiciada
por una falta de elementales servicios.
Así pues, y desde
este punto de vista histórico-urbanístico, podríamos
distinguir tres zonas en Calatayud: la zona moderna o de expansión,
de edificación reciente, carente de interés artístico
y donde vive más de la mitad de la población. Dentro ya del
recinto histórico, la zona baja, desde la plaza de la Leña
hasta el paseo, se divide en dos partes aunque sin límites muy precisos:
la parte más próxima al paseo y a la carretera ha sido desvirtuada
por edificaciones irrespetuosas y carece de monumentos por haberse destruido
los existentes en el siglo pasado y en este: San
Pedro Mártir, Convento
de la Merced, San
Martín, San
Francisco, Dominicas,
etcétera. En esta zona se concentra la mayor parte del comercio.
Las parte más arriba de la avenida de San Juan y de la plaza Costa
no está apenas alterada, pero su estado de conservación es
deficiente debido, sobre todo, a la despoblación antes comentada.
Es precisamente en esta parte donde se ubican la mayoría de los
edificios monumentales: Santa María, San Andrés, San Pedro,
etcétera, y es de esperas, pues es necesario, que pronto se ponga
en marcha un amplio programa de recuperación.
La tercera zona, que corresponde
al primitivo recinto musulmán, la constituyen los barros altos.
Tras un inicial abandono a partir de los años 60, se está
rehabilitando de forma espontánea debido a lo aireado y soleado
de su emplazamiento y a la independencia que proporcionan las viviendas
unifamiliares. Aunque apenas hay iglesias ni casas notables, están
próximas, como nota monumental, las murallas del recinto fortificado.
|