Pocos son los datos biográficos que conocemos de este bilbilitano, que nació en Calatayud a mediados del pasado siglo, y que era miembro de una de las más rancias familias de la ciudad. Poeta y conferenciante, estaba, según nos dice López Landa en el folleto Bílbilis y sus amigos, "espléndidamente dotado; pero que se malogró por desenfrenadas ansias de vida bohemia". Concurrió a los Juegos Florales celebrados en Calatayud en 1893, y que tuvieron como mantenedor al dramaturgo Feliú y Codina, obteniendo la flor natural. En el Diario de Calatayud, publicación de la que era asiduo colaborador, se insertaron diversos comentarios sobre una serie de conferencias históricas, que pronunció en el Círculo Católico de Obreros entre 1886 y 1887, así como noticias de sus intervenciones en diversos actos y homenajes. Alejado de su ciudad natal, falleció en tierras mejicanas.