Palacio episcopal, sede que fue del Museo de Arte Sacro |
El
Museo de Arte Sacro estuvo instalado en el Palacio Episcopal, ocupando
el cuerpo de escaleras y parte de la planta principal,
con seis salas.
Su creación se debió
al interés del entonces obispo de Tarazona, señor Méndez,
quien delegó en el que fuera su primer director, Carlos Domínguez
de la Fuente, las tareas de inventariación del patrimonio artístico
diocesano en el antiguo arcedianado de Calatayud, con el fin de evitar
la desaparición de las obras de arte, como ya había ocurrido
en más de una ocasión; estos aspectos técnicos se
perfeccionaron con la decisión de crear un museo en el que se recogieran
los objetos de arte
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destinados al culto sagrado, y procedentes de cualquier
lugar del antiguo arcedianado. La desinteresada labor del director, y la
de otras personas entre las que cabe destacar a Emilio Navarro, sacristán
de la colegial de Santa María, fueron decisivas en el montaje del
Museo. La inauguración tuvo
lugar el 8 de septiembre de 1971, con motivo de la festividad de la patrona
de la ciudad de Calatayud, Nuestra Señora de la Peña.
A mediados del año 2000, por problemas estructurales del edificio que lo albergaba, se cerró el Museo, y sus fondos fueron devueltos a los lugares de procedencia. Existe el proyecto de volverlo a instalar en el claustro de la colegiata de Santa María la Mayor, una vez concluya la restauración del mismo.
La mayor parte de los fondos
procedían de Calatayud, especialmente de la colegiata de Santa María.
Existe un proyecto de catálogo, realizado por Mª José
Ortiz Yagüe, que permanece inédito en la biblioteca del Centro
de Estudios Bilbilitanos.
Entre los fondos procedentes
de otras localidades del arcedianado de Calatayud, destacaban los siguientes:
Acered:
Una capa pluvial de terciopelo
leonado, del siglo XVI, de imaginería, con la coronación
de la Virgen en el capillo y en la orla las imágenes de Santa Catalina,
Santiago, San Pedro, San Juan Evangelista y San Bernabé.
Una casulla, de imaginería,
del siglo XV, en cuyo anverso están los azotes de Cristo y las mofas,
y en el reverso la Crucifixión, la Piedra, la Resurrección
y San Jorge.
Dos dalmáticas de
terciopelo rojo y verde, bordadas a cordoncillo, del siglo XVII.
Un terno, sin capa pluvial,
con paño de atril, bordados en sedas de colores a cañamazo,
de tipo hispanoamericano, del siglo XVIII.
Dos capas, una de terciopelo
y otra de seda, del siglo XVIII.
Tres tablas, con Santa Lucía,
Santa Águeda, ambas sedentes, y la Santísima Trinidad con
los donantes, de fines del siglo XV, procedentes de la iglesia parroquial.
Dos tablas, con San Antonio
Abad y Santa Quiteria, ambas repintadas desdichadamente, que proceden de
la ermita de la Virgen de Semón.
Jaraba:
Dos tablas, de estilo popular,
del siglo XVI, aserradas en la parte superior e inferior, dejando incompleta
la iconografía de las mismas. En la primera, de peor calidad, se
representa a San Miguel y debajo una Epifanía, cuya composición
recuerda la tabla de Santa María de Calatayud. En la segunda, se
representa en tres registros, y de arriba abajo la Ascensión, el
entierro de Cristo y la Transfiguración.
La Vilueña:
Una arqueta con bajorrelieves
en hueso, de los que faltan bastantes, y asa de bronce de tipo renaciente,
del siglo XVI.
Terno de terciopelo rojo,
del siglo XVI, con la Anunciación en el capilllo y en la orla imaginería,
en la que se repite la representación de San Andrés. En la
casulla de imaginería, escenas con la Anunciación, la aparición
del ángel a San José y la Epifanía.
Otras dos casullas, de terciopelo
rojo, y bordados en oro y verdes con bichas afrontadas, con San Roque y
San Juan en los medallones, del siglo XVII.
Munébrega:
Custodia, del tipo sol, en
plata sobredorada, con pedrería imitada de estilo rococó,
siglo XVIII, adornada con cuatro ángeles.
Bandeja de plata en su color,
repujada, del siglo XVIII (1734). Con punzones frustros.
Portapaz en plata sobredorada
con la Epifanía en relieve fundido, entre columnas abalaustradas
y bajo una gran piedra imitada. Siglo XVI, con punzón TOLE.
Cáliz reconstituido,
con astil y nudo, del siglo XVI, en plata en su color y copa dorada del
siglo XVII.
Relicario de plata en su
color.
Un libro en pergamino, con
las letras capitulares adornadas, del siglo XIV.
Huérmeda:
Talla románica de
la Virgen, sedente, a la que falta el niño entronizado. De estilo
popular y repintada. Al parecer procede de la ermita de Santa Bárbara
de Bílbilis.
Además de las anteriores,
y procedente del propio palacio episcopal, hay un óleo sobre lienzo
representando una Epifanía, del siglo XVII y de buena factura.
(Gonzalo M. Borrás Gualis / Germán López Sampedro)
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