Palacio aragonés de la plazuela de Erlueta, en el que puede verse el típico mirador de arquetes
(Foto: A. Utrera) |
Arquitectura
civil
En el siglo XV estaba ya
generalizada en Calatayud, según consta documentalmente, la construcción
del "mirador de arquetes", serie de arcos primero apuntados, después
de medio punto, y a veces adintelados, formando una galería bajo
rafe o alero, y que es la nota más característica de la arquitectura
civil aragonesa. Existen aún casas de esa época, con los
miradores cegados, pero los mejores ejemplares que quedan son casas-palacio
de los siglos XVI y XVII. Frente al ábside de Santa María
está la casa de los Pujadas de Vezlope, y en la calle de Gotor la
de la familia Sesé, con un bien labrado alero. Otras hay en la plaza
de San Miguel, plaza de Erlueta, rincón de Gotor, plaza de los Mesones,
plaza de Costa y calle de San Torcuato. De este estilo era la Casa
Consistorial, pero perdió
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el mirador de arquetes en la reforma
de 1842. Algunas fachadas son de ladrillo y otras de tapial revocado con
esgrafiados imitando sillares. Esgrafiados de otras casas siguen modelos
geométricos diversos de tradición mudéjar, como en
la Rúa alta, plaza de la Leña, arco de San Miguel...
La Fuente
de Ocho Caños lleva grabada la fecha de 1598 y fue trasladada
de su antiguo emplazamiento, junto al río
Jalón, a la Puerta
de Terrer, con torreones semicilíndricos y, aproximadamente,
de la misma época que la fuente. Algo posterior parece la Puerta
de Zaragoza, con torreones de planta cuadrada. El antiguo Colegio de
Jesuitas, hoy Universidad a Distancia, es del siglo XVII, mientras que
en frente, el antiguo Seminario de Nobles, es ya del siglo XVIII. Del siglo
XIX son el Palacio Episcopal, el Palacio del Barón
de Warsage, frente a San Pedro, y la antigua Casa de la Comunidad.
La magnífica Plaza
de Toros, con ciertas reminiscencias mudéjares,
fue construida extramuros en 1877. (Agustín
Sanmiguel Mateo)
Destacables son además,
aparte de las casas-palacio
y otros edificios civiles, las dos sinagogas
de las que se conservan restos, entre las varias que tuvo Calatayud, y
las bodegas
de algunas de las casas ubicadas en el Casco Antiguo.
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